miércoles, mayo 14, 2014

El ideal de escribir



 

Sinclar Lewis dio un discurso a un enorme grupo de universitarios que deseaban ser escritores. Se paró frente al auditorio repleto y preguntó – ¿Quién de ustedes desea de verdad ser escritor? – Todos levantaron la mano. – Entonces están perdiendo el tiempo aquí – les dijo – si de verdad desean ser escritores, vayan a su casa y pónganse a escribir, escribir y escribir –. Cerró su carpeta y se retiró dejando al público boquiabierto. Fue uno de los discursos más cortos y famosos de la historia.

            Se aprende a nadar nadando, y se aprende a escribir escribiendo. Dedica al menos una hora diaria por el resto de tu vida a escribir y otra diaria a leer ¡Dos horas de cada día incluyendo sábados, domingos y días festivos! ¡Escribe todo! Cuentos, fábulas, poemas, novelas, cartas, tu diario… ¿Y qué vas a leer? ¡Todo! ¡Conviértete en un devorador de libros! Con el tiempo te inclinarás por un género y pulirás tus gustos. ¡Y no he terminado” Inscríbete a cada concurso literario, participa en cada panel, en cada taller. Cuando tengas la oportunidad de dar clases, elige las materias de literatura, gramática y ortografía. Enseñando a otros aprenderás más que nunca. Dile a todo el mundo que eres escritor y compórtate como tal.

            Busca un corrector de estilo y págale. Después toma el directorio telefónico, consigue los datos de todas las editoriales y envíales tu borrador. Te lloverán cartas de rechazo. Sabrás lo que se siente haber dedicado tu vida a un trabajo que nadie valore ni quiere publicar. ¡Pasa por todo el proceso! ¡No hay atajos! Estarás tentado a desistir cientos de veces. Quizás lo hagas. Sólo si eres obsesivo a niveles enfermizos seguirás escribiendo. Entonces, sólo entonces, lograrás publicar algún libro e iniciaras un nuevo vía crucis. Los editores comenzaran a explotarte y exprimirte. A los escritores nos dan de un cinco a un siete por ciento de regalías. Las tiendas que venden libros les aumentan el precio un cien por ciento. ¡Duplican su inversión y con derecho a devolver todo! Los editores nunca te dicen cuántos libros imprimen. Jinetean tu producto y al final te das cuenta de que estas siendo robado. Como escritor casi no tengo ganancias. Escribir es un mal negocio. La única satisfacción que recibo es cuando un lector lee mi trabajo y me manda una carta de agradecimiento.

 

- Carlos Cuauhtémoc Sánchez

Los ojos de mi princesa.
 
 
 
Éste es el fragmento de un libro llamado "Los ojos de mi princesa" escrito por el mexicano Carlos Cuauhtémoc Sánchez. No se si alguna de ustedes conocen el libro o al escritor. Actualmente, no es un escritor que me agrade mucho. Una Navidad me regalaron un libro de él llamado "Sangre de campeón" y esa fue la primera vez que lo conocí. Después, hace ya como unos 8 años, encontré los ojos de mi princesa y decidí comprarlo porque a aquella jess de 12 años le llamó la atención. El libro, lo considero una historia de amor dramática, que entra en la categoría de superación personal. Hay personas a las que no les gusta la superación personal, en mi caso depende de como se aborde.
Creo que es también conocido como "La fuerza de Sheccid", y la verdad cuando yo lo leí si me gustó. Me cautivó por completo el amor hacia Sheccid, y me encanta ese fragmento que les puse aquí arriba por que durante todos estos años me ha servido de inspiración. Escribir no es fácil, pero creo que ustedes eso ya lo saben. Lo que ahora quiero es inspirarlos como este texto lo ha hecho conmigo, cada vez que estoy tentada a abandonar lo leo, y me ayuda.
 
Así que si alguna vez les gana la desesperación y quieren aventar todos sus escritos por la borda recuerden que aquí tengo esta entrada especialmente para ustedes. Tal vez algún día, en el futuro, esto nos vuelva a conectar...


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