Estoy en una esquina lamiendo mis heridas, como si fuera
un cachorro malherido. La sensación de haber sido derrotada es densa y se roba
mi energía dejándome rota y vacía. En este momento solo una cosa es clara: ya
no conectamos.
Ahora nuestras vibras son muy distintas y si vuelven a
chocar con la misma intensidad, explotaremos y nos consumiremos hasta que no
quede rastro de nosotros.
Seamos realistas, el fuego no juega con fuego y nosotros
lo hemos estado haciendo a pesar del peligro inminente. Yo me rindo. Tú ganas. Es
hora de llevarme mi alma a otra parte, muy lejos de ti, para que sane y todo lo
que hayas arrancada de ella vuelva a florecer.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
¿Qué estás pensando?