martes, junio 06, 2017

Engañada



Me engañaste. Durante mucho tiempo me hiciste creer que el amor era complicado. Solo para descubrir, años después, que no lo es. Que también se puede querer tranquilamente. Que quien en realidad vale la pena es la persona que, con tan solo mirarte, te llena de paz. Que salir, reír, hablar y estar juntos puede llegar a ser tan fácil como respirar.

Eso no significa que no te haya querido. Al contrario, te quise tanto que me destruyó. Nunca antes me había enamorado tanto como lo hice de ti. Jamás me perdí tanto en unos ojos tan cafés como los tuyos. Fue por eso que lo soporté todo.

Me acostumbré a pelear y me decía a mi misma que todo estaba bien. Que las relaciones eran complicadas. Que no importaba cuantas veces nos gritáramos porque nos “queríamos” y eso era lo importante.

¡Vaya, hombre! Estaba tan hambrienta que me comía todas tus mentiras. Por eso fue tan difícil dejarte ir…


Ahora me río porque llegué a pensar que en serio no podría vivir sin ti. Poco a poco me di cuenta que, por muy enamorada que estuviera, aquello fue los más enfermizo en lo que estuve metida. Creía que odiar era la única manera de amar. Y aunque me tomó más tiempo de lo que me hubiera gustado, comprendí que querer era lo más fácil del mundo y que éramos nosotros quienes lo complicábamos todo.

Lee "Sunset"