Porque soy eso que queda destrozado en tan solo un
segundo, ese en el que te vas. Porque cuando te entregué todo me quedé vacía y
con la mirada pérdida en nuestro rincón, donde bailábamos juntos entre el polvo
y las cenizas de las personas que fuimos antes de conocernos. Y cuando los
halos de luz nos alcanzaban ni siquiera distinguía se trataba del sol o la
luna. Que más daba si de día o de noche se podía bailar y besar y querer.
Y te juro que te quise. Y te juro que me destrozó
quererte. Pero te juro que ya no te quiero.